Como están
chicos, saben es curioso, como pude conocer nuevas personas a través de este de
blog sin realmente darme a conocer, sé que tengo aun mucho que corregir en mi
blog respecto a la escritura, pero agradezco el cariño y la amistad de muchos y
la forma escandalizada de verme por otros. Nadie es perfecto y es escribo el
blog no para ser juzgado, acepto todas las criticas sean buenas o malas, creo
yo que como ser humano puedo dar a conocer todos mis aspectos acá, no me
califico una mala persona, pero si puedo admitir que he tomado muchas malas decisiones,
quien no lo ha hecho, como dice una frase: un error sigue siendo error si no
aprendemos de ellos.
Sé que mis 3
primeros post, tenían como titulo Cuando
Conocí un chico en la cárcel y le conté
que soy vih +. Muchos me dicen pero en ninguno de los 3 relatos aun le has contado
que eres VIH+, es cierto, pero la historia no termina aun, así que no
desesperen, pero esta vez toca cambiar el titulo, como ya había mencionado en
el último relato, sobre algunos malestares y más haber sido tratado como una
cualquiera, cayendo por eso en llanto y una encerrona en mi habitación, mi
situación empezó a empeorar y mi malestar era notorio, tanto así que mi familia
se empezó a dar cuenta.
Mi Papá se entera que tengo VIH y me internan de emergencia en el Hospital.
Después de haberme
sentido como una mujer vil mente engañada y utilizada (volviendo a recalcar no
me considero mujer ni siento serlo, soy gay y hasta podría decir que muy
masculino) mi cuerpo cada vez se sentía muy débil, pasaron 2 días de la última
vez que fui al penal, Pedro no me envió ningún mensaje, cuando sonó mi celular
y vi un número desconocido pensé que era él y casi meto las 4 patas, por
responder con ira, era la voz de una mujer, era mi tía, quien llego de viaje y quería
verme, no tenía muchas ganas de salir, pero extraño a la familia con quien me
crie, ellos no son como la mayoría en la capital, fríos y que piensan solo en
ganar dinero y trabajar, expresan cariño alegría y mi tía, me trataba como un
hijo más.
Era hora de tomar
una de mis pastillas del tratamiento, me confundí de vaso y mi madrastra estuvo
presente, por lo que se alarmo y mando a botar el vaso, como me vieron tan decaído
les dije que iba ir al hospital, para que no sospecharan que tenía VIH, le dije
a mi familia y estaba con tuberculosis, era la única forma de tomar mis
pastillas tranquila mente sin sentir miedo, por eso ellos me hicieron separar
cosas.
Mi padre en
varias ocasiones quiso llevarme el mismo al hospital para hablar con el doctor,
pero siempre me sabía inventar alguna escusa, tenía mucho miedo de su reacción.
Ese se puso tan terco que me dijo que el mismo me iba llevar al hospital, creo
que no noto que le ocultaba algo, entre en pánico, me hice el loco le dije ya
en rato más salimos, así que él se fue a duchar y con mi desesperación Salí de
mi casa al hospital, necesitaba encontrar una solución, estaba desesperado.
En el hospital,
la enfermera que me entregaba las pastillas se había hecho muy amiga mía, sentí
que era la única persona que tal vez me ayudaba a encontrar una salida, le conté
la situación en mi casa, le pedí en primer momento que mienta, que confirmara
que tengo tuberculosis, pero su ética profesional no la dejo, me sentía entre
la espada y la pared, sentía que era el fin de todo, justo mi celular y era él,
me dijo que por qué me había ido sin avisarle, estaba por llegar al hospital,
mi corazón estaba por romperse en pedacitos de tanta presión, así que lo decidí,
era ahora turno de Dios que me ayude a discernir un nuevo camino, le dije a mi amiga la enfermera que me ayude
a contarle a mi papá.
Cuando mi padre
llego al hospital, sentía que todo se había terminado, el miedo me invadía, y quería
llorar (creo que soy muy llorón) pero él no estaba solo, vino con su ayudante
con cual trabaja, eso era peor, pues no quería que nadie sepa de mi estado.
Trate de decirle
a mi padre, que él no nos acompañe, que se quede por la puerta, pero el dejo
que nos siguiera, cuando llegamos al consultorio, llame a mi amiga, pero en la
puerta se para una persona y se le ocurre darnos un volante para charlas con
personas que tiene VIH y su orientación, me quería morir, mi papá me miro, ya
no había marcha atrás, mi papá fue el primero en hablar, su actitud de ser
siempre algo humillante con todos sin importar si es su familia o no le gano,
diciendo que estaba arto de que este jovencito (ósea yo) este viniendo al
hospital a escondidas y que tenía una vida muy libertina y que quería saber la
verdad de una vez por todas.
Mi amiga solo
atino a decir, lo poco que conozco a su hijo, se que tiene un noble corazón, el
está sufriendo mucho y por lo que veo lo que está pasando lo está enfrentando
solo, si de verdad le importa su hijo, escúchelo, es él y solo él quien puede
decirle lo que realmente le está pasando y lo único que le digo, ahora más que
nunca lo necesita, así que creo que le toca hablar a su hijo.
Yo no me esperaba
eso, decirle de mi boca que tenia VIH, quería morirme ahí mismo, pero creo que
mi padre ya se había dado cuenta, vi su pecho agitarse, así que solo lo dije –
Pa, tengo vih, y la verdad no me siento bien, perdóname de verdad, se que te he
decepcionado, pero yo no me quiero morir.
Mi padre, me miro
con cólera y vi como el dolor le invadía, conozco cuando él se contiene, le había
roto el corazón, y dijo – eso te pasa
por ser un maricón, por andar con malas
juntas, por siempre querer hacer lo que tú quieres…
La enfermera lo
callo, le dijo enojada – señor, si hijo ahora no necesita que lo regañen, creo
que ya está sufriendo suficiente para que le esté haciendo sufrir más, piense
en cómo sacarlo adelante, el es muy disciplinado con su medicina, el solo ha
afrontado esto, no lo siga dejando solo, s¡ de verdad quiere a su hijo no lo
deje solo, apóyelo, por favor apóyelo.
Mi papá se calmo,
pero sé que desde ese día todo iba cambiar, me subí a la camioneta, no dijimos
ni una palabra el uno ni el otro, ya que su ayudante estaba ahí, le dije que mi
tía había llegado, que quería verla. Me llevo donde estaba hospedada mi tía y
me dejo, no sin antes decirme que en la noche hablaríamos bien y que tenia
estar en la casa temprano.
Cuando me encontré
con mi tía lo primero que me dijo fue que estaba muy pálido y flaco, se
preocupo mucho, le dije que no era nada que ya había sacado cita en el hospital
y me iría a ver, pero mientras caminaba con mi tía me agitaba mucho, mi dolor
de cabeza había aumentado y me sentí desmayar, trataba de portarme como el
chico alegre que era, pero mi tía noto que andaba triste, así que, después de
acompañarla un rato me retire a mi casa y no quise salir de mi habitación hasta
que llegara mi padre.
Ya en la noche mi
padre, me llamo hablamos en privado, lo vi más calmado dispuesto a no
abandonarme, vi la tristeza en sus ojos, me sentí culpable de haberle ocasionado
ese sufrimiento, pero tampoco era total mente culpa mía, desgraciada mente me
tope con la persona equivocada y estoy pagando mi error.
Tenía tantas
ganas de abrazar a mi padre, pero no tenia agallas, me sentía más solo que
nunca.
Pasaron 3 días
del hecho, mi malestar se hacía más grande, solo estaba encerrado en mi habitación,
no tenía ganas de darle la cara a nadie ni el facebook lo abría. No aguantaba
más el dolor de cabeza y me fui solo al hospital, como no tenía cita, quise
pasar por emergencia, pero cuando eso paso la doctora me dijo – mira joven, acá
vienen pacientes con verdaderos malestares no por dolores de cabeza, así que
trata de ir a un consultorio.
Estaba muy
indignado por lo que paso, sabía que algo me estaba pasando y tenía que averiguarlo,
fue cuando acudí a mi doctor y le explique lo que me estaba pasando, me llevo
otra vez a emergencia y me encomendó con otra doctora, muy linda a diferencia
de la otra que parecía una bruja. La cosa es que pase horas en emergencia, me
pusieron una aguja en la muñeca que me dolió en el alma, y después me dijeron
que me iban a hacer exámenes de sangres, ver tanta gente desesperada en la sala
de emergencia, me aterraba, al parecer la otra doctora, después de haberme visto
había sacado unas conclusiones y quiso hacerme muchos más análisis, y no había llevado
mucho dinero y tuve que llamar a mi papá, pero estaba en una reunión muy
importante y solo me quedaba llamar a mi mejor amigo y que me ayude, no tenía a
quien más recurrir.
Me lleno el miedo
de la muerte, morir tan joven, haber fallado, me preguntaba por qué, si yo
deseo tanto vivir. Me sentía tan solo, con mucho miedo ya no aguantaba estar ahí
y el dolor no se iba, cuando mi amigo llego, me hice los demás exámenes, y cada
examen parecía tomarse el tiempo de la eternidad, mi amigo trato de
tranquilizarme, darme ánimos, hacerme reír, me moria de hambre, pero los
doctores me impidieron comer por ahora, cuando finalmente mi papá llego y vio a
mi amigo lo miro muy mal y mi amigo lo saludo con tanta educación pero el solo
rechazo el saludo y le dijo hasta nunca.
Mi amigo quiso
responderle, pero por mí no lo hizo, mi papá me pregunto cómo me sentía, lo
note preocupado por mí, ya era la 1 de la mañana y no se sabía si me daban de
alta o me quedaba, hasta me hicieron una tomografía y no encontraron ningún mal
en mi cerebro, pero mis resultados sanguíneos botaron, que estaba con anemia
severa a las 3 de la mañana decidieron
internarme.
Es desde ese
momento que aprendería a sentir lo que pablo sentía en el encierro y que nadie
te vaya a ver, que la soledad te mate y que te sientas vacio. Gracias por
leerme amigos, se que este nuevo post, no tiene nada sexual y es más dramático,
pero son las cosas que me pasan y espero vean lo que hay en mi corazón.
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