En mis relatos
nunca les dije como le conté a Pedro que tenia VIH, pues tenía cierto
temor de contarle a un presidiario sobre
mi condición, como reaccionaria, que
hiciera daño, pero me ponía a recordar que cuando estuve hospitalizado por
anemia severa producto de los medicamentos, era él quien me acompañaba por
medio de sus mensajes y sus llamadas inesperadas. Me decía: bebita, en verdad quisiera estará
tu lado cuidándote, dándote de comer, tu sabes que lo haría, extraño
tenerte lejos, hacerte mía.
No me importaba tanto que me tratara como si
fuera mujer, ante sus ojos sabia que para él era mujer, entre los mensajes, le
mande una indirecta, que tenía miedo, que por haber sido alguien muy sexual
pudiera haber contraído algo y que había salido una herida en la boca.
Si esa herida era
sífilis, felizmente la detecte a tiempo y no me trajo ninguna complicación,
Pedro me dijo que eso no iba cambiar lo que sentía por mí, que muy aparte de
sentir deseos por mí, realmente real mente le importaba mucho como persona, eso
me animo a dar el siguiente paso.
Después de ya
estar recuperado y haber salido del hospital, aun con un poco de debilidad,
prepare un rico seco de pollo y me fui de visita a la cárcel, para ver a Pedro.
Se alegro mucho al verme, pero me dijo que era mejor no besarnos hasta estar
bien curado de la sífilis, de todas maneras el no dejaba de hacer notar sus
ganas poseerme, ni bien había llegado se había empalmado y no podía ocultar su
rico bulto, me hizo recostarme en su pecho y dormirme con mi mano en su dentro
de su paquete.
Pedro es un chico
posesivo y sabia que el estando dentro y yo fuera, podía estar con otros y esa idea no le gustaba, me
quería solo para él, siempre le dije que no quería que deje marcas, eso siempre
quiso hacerlo pero no le dejaba, hasta que en mi descuido me sujeto fuerte y me
mordió fuerte las nalgas, en cada lado había dejado su marca y me dijo, el
único que vería la marca ahí seria quien quiera tirar contigo así que ni
chilles por tu culito es solo mío y dejare esa marca cada semana.
A Pedro le
gustaba tenerme desnudo y el también le gustaba estar desnudo conmigo, en
verdad no desconfiaba de él, sabía que
si me dormida no me iba robar nunca lo hizo, ese día antes de que termine la
visita, le dije que si en verdad no le importaría si yo tuviera una ETS. A lo
que él dijo, que esos males ya no son mortales si sabes cuidarte todo estar
bien y no importaría, porque también
para existen los condones para cuidarnos.
Fue cuando le
dije, que mi resultado no solo había arrojado sífilis sino también VIH, agache mi cabeza y él me la levanto, me dijo:
Porque agachas la cabeza, no por tener eso eres menos que nadie, eres fuerte,
tienes que cuidarte, si yo estuviera fuera te cuidaría mucho, pero estoy acá
adentro todo depende de ti, y como te dije, el hecho que tengas esto no va
hacer que no quiera hacerte mía, tu
sabes que cada vez que vienes muero por penetrarte, no una sino varias beses
y lo seguiré haciendo, ahora la semana
que viene no vengas, descansa, voy a pedir que un primo me visite.
Así fue no lo
visite la semana que vino ni la otra semana más por miedo, hasta que mensajio y
me dijo que por qué no fue que me estaba esperando.