lunes, 11 de noviembre de 2013

Cuando Conocí un chico en la cárcel y le conté que soy vih + ::: SEGUNDA PARTE:::

Hola amigos gracias por la aceptación que me han dado, alegre de a ver recibido sus comentarios de forma directa mediante los chat, este blog está hecho para contar las cosas totalmente reales que a mi parecer un gay no dice, que mejor que empezar por lo que yo como gay no me atrevo a decir a los demás por el miedo al rechazo y ser juzgado.

Cabe decir que cada uno tiene sus propios secretos y muchos son muy similares a los míos y espero ayudarlos de alguna forma  encontrar en este espacio una forma de ver un camino y a su vez entretenerlos con mis historias.

Como comente en mi primer post, fui a la cárcel para tener sexo con presos pero encontré algo más que eso.

Cuando Conocí un chico en la cárcel y  le conté que soy vih +  2

Cuando Salí de la penal, mis nuevos amigos me preguntaron por qué me había demorado mucho con él, aun seguía medio tímido y les dije que me gusto mucho como me trato que fue muy cariñoso y atento y que sexualmente no tenía nada porque quejarme, además estaba muy simpático,  ellos me dijeron que era una perra y era muy rápido para agarrar marido, que hubiese tratado de probar mas material, en ese entonces solo pensaba en sus abrazos y sus besos, era fuerte masculino con un muy buen porte y me encantaba recordar sus ojos brillosos cuando me veía.

Llegue a mi casa pensativo y también cauteloso, por toda la experiencia que pase, pero dije en mi interior ese penal no parecía algo tan drástico, eran chicos muy tratables como cualquiera que tiene un nuevo amigo y muchos muy atractivos, nadie está dispuesto a ponerte un dedo encima, solo su sexo si tu lo consentías,  a que gay no le gusta un hombre heterosexual y fantasea con estar encamado por uno de esos machos.
El morbo estaba hecho, pero había más, por que tenia la opción de ir y estar con otros pero decidí quedarme con él,  a los 3 días suena mi celular y la operadora indica si quiero recibir una llamada del penal o no, me dio nervios era él, el miedo recorrió mi cuerpo y también me lleno de excitación. Acepte la llamada y  escucho esa voz ronca muy masculina que me dice hola bebe como estas, te estoy extrañando, ya quiero que sea domingo para que me vengas a ver y estar todo el día contigo. Yo le respondí, si claro ahí estaré, estaba muy nervioso, me pregunto como estaba, que estaba pensando mucho en mi, en mi culito en que quería volver a estar dentro mío, su forma de hablar me excitaba pero también era tierno, me decía que estaba feliz de tener alguien con quien compartir momentos que ya estaba aburrido de estar solo y que yo estaba muy lindo.

Este tipo de llamada se repito el viernes y el sábado para que yo le confirmara que iba ir a visitarlo, decidí entonces darme una buena bañada y una limpieza profunda, no quería sorpresas, también le compre frutas y le lleve algo de comer, mi nuevo grupo de amigos a los cuales llamare las vengadoras, coordinamos para ir muy temprano al penal, pero llegue mucho más tarde, así que tuve que pasar solo por todos esos policías y soportar esas colas sin hablar con nadie, aun sentía miedo, pero cuando entre  mi preso me esperaba con una gran sonrisa en la puerta y llevo las bolsas y no dejo que nadie se me acercara, llegamos a la celda y ahí estaban mis amigos con sus visitan, conversando los saludes, el chico de la otra cama es muy atractivo y tiene tatuajes en todo su cuerpo y que el mismo diseña, al verdad fantasías sexuales si las tenia cada vez que lo veía, pero el ya tenía dueño y al parecer yo también.

Mi preso a cual llamare Pedro,  tenia algunos libros cerca a su cama, me comento que le gusta mucho leer dejo la comida a un lado y sin preámbulo quiso empezar con el acto, Pedro era muy sexual, aparte me decía cosas que me excitaban al oído, pero siempre se refería a mí como si fuera una mujer, cuando apretaba mis nalgas me tocaba los pechos  y sobre todo le encantaba que le haga el sexo oral, sexualmente parecía no cansarse, después de haberse desfogado aún le quedaban muchas ganas, pero como yo tenía hambre le dije para comer.

Mientras comíamos, nos reíamos de los chistes, abrimos la cortina y estaban mis amigos con sus presos, que ellos decían, vaya que bien atendido estas Pedro, se nota que estas disfrutando mucho, parecía un día camping, ya me sentía más en confianza, es más yo soy de buen diente y al parecer Pedro se dio cuenta y me dijo, abre la boquita bebe quiero que comas de mi plata también, quiero que estés bien alimentado por que tenemos para mucho rato.

Antes de volver a cerrar las cortinas y empezar el acto, conversamos mucho, le hice la pregunta del millón, porque estaba preso? – solo atino a decirme que hizo cosas muy malas y que quería una oportunidad que estaba arto de que la gente le tenga miedo, que nadie lo viniera a visitar, lo note un tanto molesto, y luego me preguntaba cosas  sobre mí, tuve que mentirle, a pesar de haberle agarrado un rápido cariño, era obvio que un preso puede resultar un tanto peligroso.

Le dije verdades a medias, entre ellas que no vivían lejos del penal, que a veces vivía situaciones familiares desagradables y que me sentía solo. El me sostuvo del mentón y me miro y me dijo, tu ya estás solo y yo tampoco, me tienes a mí y yo a ti, claro que no podemos vernos todos los días pero solo quiera que seas mía y de nadie más, quiero que seas mi mujer.


Después de haberme dicho eso, me quede atónito, no tenía pinta de ser femenino, soy muy masculino, porque él me vería solo como mujer, solo quiero sexo o que es lo que realmente busca. Yo le dije que no estaba seguro de eso, que yo era como era y que no quería cambiar, el me dijo que lo haga por el que cuando este con él sea más delicado y que me comporte como hembra, la idea me excitaba, pero le dije que no estaba seguro y que había cosas que él no sabía de mí y que tal vez si las conociera no me quería. El solo dijo, que había visto tantas cosas en la cárcel que yo le parecía algo lindo dentro de todo este lugar y quería confié más en el que me iba a entender siempre.